Se estima que alrededor de la mitad de los chilenos subió en promedio 7.5 kg. en lo que va de pandemia, situación preocupante, ya que desde antes cerca del 75% tenía exceso de peso, según la última Encuesta Nacional
de Salud.
Para Carolina Daroch, nutricionista de Clínica Alemana Temuco, este fenómeno se puede atribuir a las cuarentenas prolongadas que provocaron una disminución de la actividad física, mayor disponibilidad de comida
en la casa y la proliferación del delivery que permite el acceso fácil a diferentes productos. Todo esto ocasionó un aumento en el consumo de alimentos con mayor aporte calórico. “El contexto de crisis sanitaria junto
con el encierro han subido los índices de estrés y ansiedad en la población, emociones que generan en las personas la necesidad de consumir alimentos con más grasas y azúcares simples, como frituras y dulces, ya
que son más placenteros sensorialmente y generan mayor satisfacción, provocando adición”, enfatiza.
¿Hambre o ansiedad?
Uno de los mecanismos que tiene el cuerpo para mitigar la sensación de estrés o angustia es recurrir a sustancias o actividades que producen sensación de placer, como el alcohol, drogas o alimentos con alto contenido calórico,
ya que producen la liberación de neurotransmisores que provocan estímulos de bienestar e inducen a la repetición de la conducta.
Por eso es importante distinguir cuando comemos por hambre a cuando lo hacemos para compensar o suplir alguna necesidad, ya sea por cansancio, pena u otra emoción. La especialista aclara este punto:
Hambre: es una sensación incómoda causada por un consumo insuficiente de energía alimentaria. Se vuelve crónica cuando la persona no consume una cantidad suficiente de calorías.
Angustia: está constituida por un miedo a que algo va a pasar (futuro).
Aburrimiento: estado de ánimo temporal que provoca falta de interés por algo.
Si bien están los alimentos altamente calóricos y “adictivos”, también existen otros que son beneficiosos para la salud. “Son aquellos que aportan triptófano, un aminoácido precursor de la serotonina
(hormona de la felicidad), que es la que regula el estado de ánimo y las emociones, logrando que nos sintamos más optimistas y con mejor humor. Además, nos entregan placer, ya que poseen efectos tranquilizantes”, sostiene.
Algunos alimentos que contienen este aminoácido son:
Legumbres (lentejas, porotos, garbanzos).
Frutos secos (almendras, nueces, avellanas).
Huevos y lácteos descremados.
Pescados grasos (salmón, sardina, atún, entre otros).
Semillas (sésamo, chía, pipas de calabaza y semillas de girasol, etc.).
Consejos
Carolina Daroch explica que para recuperar los hábitos y no caer en las dietas “relámpago” y poco saludables, con alta posibilidad de rebote, especialmente después de las Fiestas Patrias, es clave seguir ciertas recomendaciones:
Establecer horarios y seleccionar alimentos saludables.
Planificar la compra (listado de productos).
Leer el etiquetado nutricional y elegir aquellos con menos ingredientes y sin sellos.
Evitar distractores a la hora de comer, como la televisión y el celular.
Incluir 5 porciones de frutas y verduras al día.
Aumentar el consumo de líquidos (agua e infusiones sin azúcar).
Disminuir la ingesta de carbohidratos simples y grasas, y evitar los alimentos ultra procesados.
Realizar actividad física, al menos 3 veces a la semana.
