El asma es una enfermedad respiratoria crónica que afecta a 300 millones de personas en el mundo, en la que se produce una inflamación de los bronquios. Como consecuencia de ello, y en presencia de determinados factores desencadenantes, las vías respiratorias se estrechan dificultando el paso del aire hacia los pulmones, con lo cual aparecen los síntomas.
En Chile, actualmente la cifra de asmáticos llega casi a un 10% de la población, dato entregado por la Organización Mundial de la Salud y que va en aumento, pudiendo alcanzar un 15% en niños.
¿A qué se atribuye la mayor prevalencia de esta enfermedad?
Esto se debe a una mezcla de factores genéticos y ambientales, entre ellos: la exposición a alérgenos, el tabaco (tiene un 37% de mayor riesgo en hijos de madres fumadoras), infecciones virales, nutricionales y a la contaminación ambiental.
¿Cómo se diagnostica?
Se revisa el historial médico, antecedentes familiares y síntomas de cada paciente, ya que es en este relato donde se puede detectar antecedentes genéticos de asma, alergias, eccema u otra enfermedad pulmonar. También es importante describir los síntomas detalladamente y con qué frecuencia ocurren.
Probablemente, también se soliciten exámenes de respiración, test de alergia y sinusitis, además de radiografías de tórax, para saber si existe otra patología asociada al cuadro clínico.
¿Cómo prevenir una crisis?
1) Manteniendo el tratamiento diario de control indicado por el médico tratante.
2) Usando correctamente los inhaladores, que son dispositivos que ayudan a introducir la medicación a las vías respiratorias.
3) Identificando bien los factores gatillantes de las crisis.
4) Con un control médico periódico, según necesidad.
Factores que pueden gatillar una crisis de asma
Los factores desencadenantes - también llamados gatillantes- de una crisis de asma, o síntomas de ella, son múltiples y diferentes en cada persona. Existen muchos tipos y los más comunes son las infecciones virales y las alergias, principalmente a los ácaros del polvo, pólenes de pastos, malezas y árboles, hongos, pelo de animales y cucarachas. También juegan un rol los contaminantes del aire, y factores irritantes como la exposición al humo de tabaco, estufas a parafina, leña, smog, aerosoles o gases químicos fuertes provenientes de pinturas o pegamentos.
Asimismo, la actividad física y el estrés son muy importantes para algunos pacientes. Por eso fundamental reconocer cuales son los factores desencadenantes para cada paciente, y aprender a prevenirlos y controlarlos.
¿Cómo controlar el asma?
Si bien, el factor genético no se puede cambiar, los desencadenantes se pueden evitar, la inflamación prevenir y los síntomas controlar. Por eso, la Organización Mundial de la Salud (OMS) invita al empoderamiento de los pacientes en el control de su enfermedad diciendo “stop” este 7 de mayo cuando se conmemora el día internacional del asma. Los síntomas y la inflamación mejoran con un tratamiento adecuado hasta en el 95% de los casos.
¿Qué medicamentos son mejores para su tratamiento?
Existen múltiples medicamentos para el tratamiento del asma bronquial y los más usados son los corticoides inhalados. En ese sentido, son fundamentales los controles médicos, para que cada asmático tenga un tratamiento personalizado según su necesidad especifica.
¿Cuáles podrían ser algunos efectos secundarios?
Los efectos secundarios son bajísimos y existen una gran cantidad de trabajos científicos que así lo demuestran, sin embargo, los corticoides podrían tener un efecto en la talla a largo plazo y no superior a 1 cm. Los medicamentos de hoy en día tienen dosis mínimas, por lo que estos efectos, en gran medida, se han minimizado. Otros pueden ser hongos en boca, razón por la que se enfatiza que después de usar corticoide inhalado, hay que lavarse los dientes.
¿Cuáles son los beneficios de aprender a controlar el asma?
Si se aborda desde la mirada interdisciplinaria de un equipo médico, es posible aprender cómo evitar los desencadenantes, cuál es el efecto de los medicamentos prescritos y cómo administrarlos correctamente. Con la atención adecuada, los pacientes pueden vivir sin síntomas y mantener un estilo de vida normal y saludable.