Este año el lema es #HablaConmigoAbiertamente, el que busca reducir el estigma hacia las personas más vulnerables a la infección por el VIH, ya que la discriminación es una barrera que impide que muchos accedan a la atención en salud.
En América Latina, las infecciones por VIH han aumentado un 7% desde 2010. Se estima que 100.000 personas lo contrajeron solo en 2018 y uno de cada cinco eran jóvenes de entre 15 y 24 años.
En ese contexto, el Ministerio de Salud impulsa una serie de estrategias que apuntan a tres ejes: aumentar la pesquisa, mejorar el acceso a tratamiento y diversificar las medidas de prevención.
La promoción del examen de VIH se enmarca en las recomendaciones sobre prevención impulsadas por el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA) y en línea con el cumplimiento de los objetivos 90-90-90 al cierre del año 2020.
¿En qué consiste este objetivo 90-90-90?
Esto quiere decir que el 90% de las personas que viven con VIH conozcan su estado serológico (anticuerpos en la sangre). De quienes conocen su estado, que el 90% estén en tratamiento y que el 90% de las personas que reciben la terapia antirretroviral, tengan supresión viral, esto es, baja presencia del virus en la sangre.
Si bien las cifras han aumentado en el último tiempo, actualmente se trata de una enfermedad que tiene muy buenas expectativas de manejo. Esto se debe a que una vez que se realiza el diagnóstico es posible utilizar medicamentos que logran que disminuya la cantidad de virus en el organismo, impidiendo que deteriore la inmunidad.
En tanto, el tiempo de desarrollo de la enfermedad es variable en cada persona y responde a factores como:
- Estado general de salud
- Hábitos saludables de alimentación
- Desarrollo anterior de otras enfermedades de transmisión sexual.
Examen para detectar el VIH
La única forma de saber en forma cierta si alguien está infectado por VIH es realizando el test de ELISA. El Reporte mundial sobre el VIH 2019 (con datos de 2018) indica que en Chile viven 71 mil personas con VIH, lo que implica un aumento de cuatro mil personas más respecto al 2017. De ahí la importancia de una pesquisa precoz, y realizar una prueba de VIH es la única manera de determinar si una persona vive con el virus. Una vez que la persona sabe que es portadora puede adoptar conductas más seguras para reducir o eliminar las posibilidades de transmitirlo”.
En la actualidad existe alrededor de 30 drogas combinables, cada vez menos tóxicas y más potentes. Sin embargo, el gran desafío es cómo llegar a los afectados y detectar los casos seropositivos. Por cada paciente que sabe que tiene VIH, hay al menos dos o más que no conocen su condición de infectados. Esas personas son el principal factor de perpetuación de la epidemia. Es importante impedir que nazcan niños con la infección, y ello se logra detectando a las madres portadoras, tratándolas y evitando la transmisión a sus hijos.
